Libro

ALGUIEN CAMINA SOBRE TU TUMBA (2da. Edición)

Autor

Mariana Enriquez

Sinopsis

No importa a dónde viaje, Mariana Enríquez visita el cementerio. Cada ciudad, una necrópolis. Con los años se ha convertido en catadora de cementerios: pasea, guiada por la curiosidad y la intuición, hasta extraviarse entre nichos y lápidas, observando la vida que se agita silenciosa entre los difuntos. En las crónicas de este libro, ni fúnebre ni solemne, esta flâneur gótica comparte su mirada y su memoria de los cementerios de Lima, Génova, Frankfurt, Guadalajara, París y otros. Y por supuesto los que quiere catar antes de morir.

“Un libro hipnótico… Una suerte de cronista punk con una genuina adoración por lo fúnebre”. Martín Caamaño, Los Inrockuptibles

“Con un agudo sentido del humor, Mariana Enriquez desentierra detalles históricos, necesariamente macabros, para revelar que los cementerios son mucho más que polvo y huesos: lugares cargados de sensualidad y misterio, como la vida misma” Bernardo Esquinca

Autor
Mariana Enriquez
Edición
2.da Edición Bolivia: marzo de 2023
© Mariana Enriquez, 2013, 2021
© Casanovas & Lynch Agencia Literaria, S.L., 2013
ISBN
978-9917-606-19-2
Publicación
© Editorial El Cuervo, 2023,

Índice

  • La muerte y la doncella
  • Malacara
  • Todas hieren, la última mata
  • Un bar en Broome
  • El Cementerio más hermoso del Mundo
  • Acá nadie se muere
  • La Luna sobre Bourbon Street
  • El Barón en la Torre
  • Los perros negros
  • Un Dominicano sin cabeza
  • Verde gótico
  • Estatuas de sal
  • La niña ausente
  • La tumba del Rey
  • Rosas de cristal
  • La Comunidad Secreta
  • Un más allá victoriano
  • Como una reina encadenada
  • Piedras sobre piedra
  • Un hueso de los inocentes
  • El Beso
  • El Ángel de Salamone
  • La Aparición de Marta Angélica
  • Con toda la muerte al aire
  • Epílogo

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La muerte y la doncella

 

No sé por qué la ciudad de Génova estaba en el itinerario. Eran los años ’90, mi madre tenía la plata para su primer viaje a Europa y me invitó. Exigí algunos destinos, pero Génova no estaba en mi lista. Mi paso obligado en Italia era Bomarzo: necesitaba ver el Parque de los Monstruos que Mujica Láinez había usado para escribir su novela. Y pude verlo y entrar en la gran boca del orco y traerle una piedra a mi mejor amigo. Venecia también era obligatoria, sobre todo por Lord Byron, para caminar por donde había caminado él, por los versos «I stood in Venice, on the Bridge of Sighs, / A palace and a prison on each hand» («Me paré en Venecia, sobre el Puente de los Suspiros, / Un palacio y una prisión a cada lado»), de «Childe Harold»; por Tadzio y la peste y los callejones inundados.

El cementerio de Staglieno no estaba entre las paradas obsesivas que había planeado. Sabía, sí, que existía. Sabía que una de sus espectaculares tumbas había sido la tapa del disco Closer y otra, la del single Love will tear us apart, ambos de Joy Division, pero nunca me gustó Joy Division y las tumbas en las tapas eran hermosas, pero no las imaginaba necesarias para mi peregrinaje.

Cuando Génova quedó incluida en el itinerario, Staglieno pasó a ser una rumiante obsesión. No sabía mucho de ese cementerio. Entonces no era catadora de cementerios, como ahora. Había recorrido intensamente el de La Plata, con sus pirámides y sus esfinges (está sembrado de masones), y bastante el de Recoleta, cuando todavía no era una atracción turística, cuando formaba casi una abandonada ciudad de bóvedas grises, antes de que los tours taponaran la avenida donde está sepultada Eva Duarte y se editaran libros sobre las curiosidades del cementerio y sus estatuas y sus historias de enterrados vivos. En esos paseos por Recoleta, elegí mi tumba: soy una suburbana pobretona, no puedo ingresar por derecho de admisión —ni por familia ni por fama— a la Recoleta, pero quiero que mis amigos —si me queda alguno en el momento de la muerte— arrojen mis cenizas dentro de una tumba en particular, la de Mendoza Paz, fundador de la Sociedad Protectora de Animales. Es una aguda pirámide sin cruces ni ningún símbolo cristiano. Dice: «Aquí no hay nada. Sólo polvo y huesos. Nada». Tiene una puerta de hierro, con barrotes. Arrojar cenizas ahí dentro será fácil. Ésa será mi tumba, si mis amigos tienen el coraje de cumplir mi deseo.

Nombre de la persona

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Nombre de la persona

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Notas de prensa

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Datos extras

MARIANA ENRIQUEZ

(Buenos Aires, 1973)

Mariana Enriquez (Buenos Aires, 1973) es periodista, subeditora del suplemento Radar del diario Página/12 y docente. Ha publicado la novela Nuestra parte de noche (Premio Herralde de novela y premio de la Crítica 2019), las colecciones de cuentos Los peligros de fumar en la cama y Las cosas que perdimos en el fuego, publicada en veinte países y galardonada en 2017 con el Premi Ciutat de Barcelona en la categoría “Literatura en lengua castellana”, el perfil La Hermana menor, acerca de la escritora Silvina Ocampo, y las crónicas de Alguien camina sobre tu tumba. 

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