Libro
LOLAS
Autor
FLOR CANOSA
Sinopsis
Sinopsis: Juli es una mujer divorciada que habla mal de algunos hombres, de otras mujeres y de sí misma. Expone sus ideas acerca del amor, y conoce también sobre el buen sexo y el mal sexo. Y en sus momentos más lúcidos, como en aquellas infames comedias hollywoodenses, puede comparar sus mortificaciones diarias con el camino del héroe en las historias de fantasía. Flor Canosa nos brinda una narración colmada de emoticonos invasivos, dudosas relaciones online y amantes momentáneos en un atomizado siglo XXI. Animada por la comicidad de un incidente tan ridículo como memorable y por el complejo pulso narrativo de las obsesiones con la materia, Lolas, aunque parezca mentira, es un libro sobre la importancia universal de un par de tetas bien puestas.

Autor
Flor Canosa
Edición
Primera
ISBN
978-99974-833-8-6
Publicación
© Editorial El Cuervo, 2015
Índice
Comienza a leer
Capítulo 1
La palabra seno tiene al menos once definiciones.
Es una función matemática, es la relación entre uno de los catetos y la hipotenusa, es el espacio entre las bóvedas arquitectónicas, la parte interna de alguna cosa, un golfo que se interna en el mar, una concavidad, y es, claro, una teta.
Todos los mamíferos tenemos tetas que cumplen diferentes funciones. La función que cumplen las mías es complicarme la vida.
Hoy se cumplen tres años del día en que se pudrió todo. En realidad ya sabemos cómo es el proceso de descomposición de las cosas. Primero maduran y después, si las dejamos como están, se pudren. Lo mismo sucede con las relaciones. O, al menos, con la mía.
No pienso contar todo el proceso porque fue tan aburrido como los últimos años de la relación. Y no es por vanagloriarme de mi humildad ni nada, pero solo me quedé (casi literalmente) con lo puesto, y el monoambiente. El monoambiente fue una “inversión” de mi marido cuando le sobró un vuelto. Es antiguo pero sin glamour. Mejor dicho, es viejo. No está bien ubicado, no es luminoso, ni amplio, ni siquiera simpático. Es la pesadilla de los bienes raíces. Es mi hogar.
No puedo decir que haya sido una chica independiente. No tenía motivos para serlo y no lo fui. Tenía todo. Casa, jardín, perro, auto. Por suerte no tuve hijo, porque no quiero ni imaginar la cláusula mefistofélica que hubiera sufrido en caso de maternidad. Mi falta de independencia fue la causante de que mi matrimonio se extendiera más allá de los confines de lo tolerable. Mi matrimonio era un yogurt abierto en el fondo de la heladera, vencido hace años, maloliente al extremo que no me atrevía a tirarlo, a tocarlo siquiera.
Pero bien sabemos que la discusión insignificante de todos los días, sea por la bombacha colgada en la canilla de la ducha, por los pelos de la barba siempre alrededor de la pileta, por el exceso de sal en una comida o por la tapa del inodoro, ha llevado a las civilizaciones más sabias a su propia destrucción. Si ellas perecieron por estupideces, cómo nosotros no íbamos a terminar implosionados, ahogados en nuestra bilis.
¿Qué es el amor? Sin duda no es dormir todos los días junto a alguien ni darse un beso insípido antes de salir ni cenar elogiando una comida ruin a la que ni siquiera le sentís el sabor, pensando en el almuerzo del día siguiente. Ni siquiera es tener buen sexo. El buen sexo lo venden en cualquier tienda, o viene hecho a mano. El buen sexo es el recuerdo de una revolcada que con el tiempo se vuelve más mítica de lo que realmente fue. El buen sexo no existe. Entonces, el amor no sé qué será. Porque las cosas cotidianas no son amor, son trámites. Creo que es lo que sentí por otro antes de casarme con este. Es ese revoltijo en las tripas. Es mirarlo lavarse los dientes y morirse de ternura. Quizás eso solo puede sentirse a los diecisiete años y pasados los treinta amor sea llegar juntos no al orgasmo sino a fin de mes.
FLOR CANOSA

Flor nació en Buenos Aires, Argentina, en octubre de 1978. Egresada de las carreras de Guión y Montaje de la ENEC, Flor se desempeña hace 12 años como Jefe de Trabajos Prácticos en el sector audiovisual del Cepia y no deja de tijera desde que atrapó su primera máquina de escribir antigua, a los 6 años de edad. Trabajó como guionista para varios proyectos de diversos canales de televisión de Argentina y Latinoamérica y es colaboradora autora de la película independiente Daemonium. Lolas es su primer libro publicado de tantos otros manuscritos que, de ser posible, guardaría en un ático polvoriento, al modo antiguo. Afortunadamente todos están en su computadora esperando por salir a la luz.