“Uno de los factores que hacen de El jodido un libro tan fecundamente incómodo –como debería ser siempre el acto de leer– es lo irreductible de su planteo esencial, o si se quiere, de su estructura. Se trata de cuatro historias relacionadas, de un universo segmentado pero compartido. No obstante, es como si ninguno de esos relatos tuviese un desenlace verdadero. Todos parecen completarse, mejor dicho multiplicar lo inacabado de su peripecia y sobre todo de su perseverancia semántica, en los otros.