Los animales, como los humanos, cometen en la vida los errores que finalmente los conducen a la muerte, sea física, espiritual o emocional. Las personas y los animales que en la vida hacen siempre el mismo camino eventualmente harán un surco. Pronto los surcos se hacen tan profundos que las personas no pueden ver hacia los costados. No ven el peligro ni la belleza, solo el camino que tienen adelante, porque temen perder su seguridad y temen entrar en terreno desconocido.