Hay libros tan adelantados que deben esperar un par de generaciones para encontrar a sus interlocutores: son libros que trascienden la estética de su tiempo y que les hablan a lectores que aún no han nacido. Eisejuaz, la novela con que se lanza Dum Dum editora, es una de esas obras. Publicada por primera vez en 1971 en Buenos Aires, Eisejuaz crea un lenguaje propio para contar la historia del indio mataco que sigue el enigmático llamado de Dios en el norte argentino. Sara Gallardo juega con los límites del regionalismo para reinventarlo a su manera en esta novela fronteriza, visionaria y audaz. No se puede pedir más —excepto, claro, deslumbrarse ante la revelación. Uno de los deslumbrados por Gallardo fue Jesús Urzagasti, que hablaba de ella como su “maestra”. No es para menos: la realidad que narra Eisejuaz es la realidad del indígena del Chaco boliviano. La novela está basada en un encuentro que tuvo Sara Gallardo con Lisandro Vega, un cacique indígena que salió de Bolivia a Salta con su comunidad escapando de la devastación del monte y de las guerras entre etnias.