Pelea de gallos contiene trece cuentos que incomodan, que intranquilizan, que interpelan a quienes los leen; lo hacen desde una impecable calidad narrativa, con una bien lograda prosa. El eje narrativo es la descripción de familias quebradas emocionalmente, niñas obligadas a mutar a una versión monstruosa de sí mismas. Son trece picotazos que nos llegan directos. Los cuentos oscilan de un lado a otro, no sabemos por dónde irán ni cómo finalizarán. Uno debe estar preparado para ser interpelado por lo que nos sucede como sociedad, como personas. Nos hemos acostumbrado tanto a las injusticias que en muchos casos las hemos normalizado. Los cuentos cuestionan esa normalidad. No hay forma de salir indemnes ya que de hacerlo es posible que no hayamos entendido nada. No divierten, sino que provocan.