Libro
EL TIGRE EN LA CASA
Autor
Carl Van Vechten
Sinopsis
El amor que sentimos por “el tigre que come de la mano”, como se ha llamado en Japón al más domestico de los felinos, no es un fenómeno reciente. Venerado por los antiguos egipcios, compañía silenciosa de artistas y poetas, de magos y de brujas, adorado por igual en Oriente y Occidente, en todas las épocas y las culturas el ser humano le rindió culto al gato e intentó dar cuenta de su belleza y misterio. ¿Qué los vuelve seres tan especiales? ¿Por qué nos fascinan tanto?
Con enorme gracia y erudición, Carl Van Vechten explora aquí la figura del gato en la literatura, la pintura, la música, el folclore, la religión, y la historia. Se vale de su incomparable talento literario para extraer de cada cita, observación o anécdota tomada de las más diversas fuentes una nueva respuesta que demuestra por qué, como dijo Leonardo Da Vinci, “hasta el más pequeño de los felinos es una obra maestra”.
Desde su aparición en 1920, El Tigre en la casa no ha dejado de publicarse en inglés, aunque nunca hasta hoy había sido traducido al castellano. Todo lo que puede decirse sobre los gatos está dicho en este libro de la manera más inteligente, divertida y hermosa.

Autor
Carl Van Vechten
Edición
1.a Edición: 2018
ISBN
978-99974-994-8-6
Publicación
© Andrea Palet, 2017, de la traducción
© 2018, Editorial Sigilo y Hueders. Editorial Sigilo SRL
© 2018, derechos de edición en Bolivia: Editorial El Cuervo
© Krysthopher Woods: Arte de tapa, diseño de interior y dibujos:
Índice
Comienza a leer
Contra el prejuicio popular
Cada vez que se toca el tema, y siendo moderado puede decirse que surge unas cuarenta veces al día, invariablemente alguien dice: “No, a mí no me gustan los gatos, me gustan los perros”. La observación dicotómica equivalente, igual de popular, predominante y banal, sería algo como: “No, Dickens no me gusta, me gusta Thackeray”. Tal como el escritor James Branch Cabell dejó asentado de una vez y para siempre, “al pensamiento filosófico esa afirmación le resulta tan sensata como rechazar una invitación a jugar al billar con el argumento de que uno es fanático del arenque”. Sin embargo, ambas controversias siguen causando estragos, y pensadores despreocupados continúan imponiendo categorías a Dickens y al gato. Los amantes de los perros, si es que tiene sentido esa oposición (porque claramente es posible que te gusten ambos, gatos y perros, así como es posible leer con deleite La historia de Pendennis y Casa desolada), dicen del suave felino que es taimado y falso, ladrón y malagradecido, cruel y veleidoso, amigo de la casa y no del ser humano. De esta opinión, desconsiderada y precipitada, ha deriva- do el peyorativo y metafórico adjetivo “gatuno” –catty, que en inglés significa malicioso–, que cuando se usa en su sentido más aceptado me parece especialmente aberrante, porque solo podría describirse como gatuna una criatura graciosa y elegante, digna y reservada, el epítome de la belleza, el encanto y el misterio del amor.
Nombre de la persona
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
Nombre de la persona
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
CARL VAN VECHTEN

Nació en Cedar Rapids, Iowa, EE.UU., en 1880. Fue periodista, crítico de música y teatro, ensayista, novelista, fotógrafo y –aunque hoy pocos lo recuerden– una de las figuras más iconoclastas e influyentes de la Nueva York de principios del siglo pasado. Publicó más de quince libros, entre novelas, ensayos y memorias. Como crítico, fue uno de los descubridores de Irving Berlin y George Gershwin, de quien fue amigo. Gertrude Stein lo designó su albacea literario. Tomó más de 15.000 retratos fotográficos, que se conservan hoy en la Library of Congress, Washington, y entre sus modelos se cuentan F. Scott Fitzgerald, Bessie Smith, Marc Chagall, Truman Capote, Billie Holiday y Marlon Brando. Se han escrito sobre él dos biografías. Murió en Nueva York, en 1964, a los 84 años.
En la foto, Carl Van Vechten y Feathers, una de las protagonistas de este libro.